Por Fernanda Barbosa
Maracatu FM es música, pero también es corazón. Y un corazón que bate al ritmo de una buena batucada. Los integrantes del grupo desarrollan hace tres años un proyecto social en Madrid, que incluye niños y personas con discapacidades fisicas y mentales. Su instrumento de solidaridad es la música. Actualmente, 29 niños y adultos de Vallecas pueden entregarse al maracatú todos los jueves por la noche. Las clases, ministradas en el Centro Cultural Vallecas, mezclan el esfuerzo del aprendizaje con la diversión.
Los domingos, el proyecto social llega a 30 niños de Pinto, que además de las clases de percursión reciben nociones de circo. Esa faceta del proyecto es llevada por Mario Aliaga, de la Asociación Frente Malabar. Además, son realizadas presentaciones y talleres los sábados, en escuelas o clinicas. En eses eventos, los alumnos de Vallecas y Pinto se únen a los músicos de Maracatu FM y se convierten en educadores. "Lo que queremos es decir que cualquier persona puede tocar un instrumento", afirma Carlos Mankuzo, lider de la banda e idealizador del proyecto. Más información en la web http://www.maracatufm.com/
Sobre la banda
El grupo Maracatu FM es el batuque más brasileño nacido en Madrid. Y eso no es ninguna contradicción. Es el tradicional maracatú, pero también es jazz y es rock. Es música electrónica y es funk. Enfin, una mezcla indefinible de ritmos que salen de las manos de competentes investigadores musicales. Su creatividad apuesta por abrazar nuestra realidad actual y representarla melodicamente.
El proyecto se creó en suelo madrileño en el año de 2003, fundado por el percusionista Carlos Mankuzo, brasileño natural de Pernambuco. A su voz se unen las experiencias musicales del bajista Bruno López, del guitarra Carlos Leal y del baterista Fabio Xucuru. El primer single del grupo, "Cangrejo", salió del horno en 2004, repleto de musicalidad y grooves.
El ritmo de Maracatu FM rápidamente contagió diferentes salas de espectáculos (Clamores, Galileo Galilei, Caracol) y festivales. El grupo se nombró Embajador de la Música Brasileña en Casa de América (2005), en Tunéz (2007), en el festival de músicas del mundo de Chiclana (2005) y en el Mar Sessions (2007).
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