Un masaje en la playa… ¡y con sabor a açaí!


Por Fernanda Barbosa

En la primera planta, el aire fresco de la costa brasileñas. Ipanema, Copacabana, Itapua… Mientras que, en la planta baja, el sabor dulce de la graviola y del açaí. En frente, la energía de las cascadas de Iguaçú. No, eso no es un ilusión, ni un sueño de un canariño nostálgico perdido en el viejo continente. Pero puede hacer que te sientas bastante cerca del paraíso…

Silene da Rocha es la primera brasileña en abrir una clínica estética en Madrid. Con tratamientos de belleza y antiestrés, la propuesta de esta paranaense es alejar a sus clientes de la vida cotidiana por algunas horas y renovarles las fuerzas para su trabajo diario.

Su tratamiento estrella, el “Carbox”, ayuda a eliminar las celulitis por 590 euros (15 secciones). Pero si la cliente desea olvidarse de la forma física y solamente relajar, el “Garota de Ipanema” es más adecuado. Son tres horas de peeling y masaje que dejan a cualquiera que lo haga linda y llena de gracia a camino del mar. El coste: 138 euros. En este caso, los maestros no son Tom y Vinicius, sino un equipo de dos médicos y 11 profesionales del área de la salud, entre enfermeras, fisioterapeutas y técnicos láser.

A pesar de todo ese apelo tropical, la mayoría de los clientes de Silene son españoles, debido su experiencia anterior en clínicas de depilación a láser. Además, “muchos brasileños que vienen a Madrid no poseen el presupuesto para cuidarse”, afirma la paranaense.

Sin embargo, en tiempos de crisis, los españoles también sufren un impacto en los bolsillos. En la clínica de Silene, los tratamientos baratos son los más elegidos. “Los planes de financiación y descuento también ayudan a atraer clientes”, añade. Y la empresaria sabe resaltar el lado bueno de la crisis: “Es en un momento difícil, cuando cuesta más lograr las cosas, que aparecen las mejores creaciones”.

En este caso, los brasileños tienen una ventaja: “Estamos acostumbrados a vivir permanentemente en crisis y usamos mucha creatividad para salir de ella”. Eso sí, sin dejar de cuidar de la belleza. “El brasileño logra cuidar más de su cuerpo con mucho menos plata”, concluye Silene con una sonrisa.

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