Río de Janeiro acaba de despejar una de las preocupaciones del Comité Olímpico Internacional (la posible escasez de plazas hoteleras en agosto de 2016) con el anuncio de que la plataforma comunitaria de alquiler Airbnb será el patrocinador oficial para “alojamiento alternativo” durante los próximos Juegos Olímpicos de verano. A cambio de una cantidad de dinero no revelada, el Comité Organizador colocará en sus páginas web vínculos a la red de alquiler para animar el turismo olímpico en viviendas privadas, una modalidad en principio más asequible que los carísimos hoteles cariocas. Es la primera vez que los Juegos Olímpicos contemplan la figura del “patrocinador oficial para alojamiento alternativo” y también la primera vez que una empresa online de la llamada “economía colaborativa” consigue el estatus de patrocinador olímpico.
La insuficiente oferta hotelera de Río preocupaba desde que su candidatura obtuvo los Juegos, en 2009, al disponer entonces sólo de 20.000 de las 40.000 camas que serán necesarias durante buena parte de julio y agosto de 2016 (entre deportistas, delegaciones, personal técnico y turistas). Ahora que ha duplicado su oferta hasta las 42.000 plazas, Airbnb suma otras 20.000 ofertas (desde habitaciones hasta casas con jardín).
Los precios de los hoteles en Río alcanzaron cotas escandalosas durante el último Mundial de fútbol, ocasionando serios inconvenientes a medios de comunicación internacionales e incluso a delegaciones europeas acreditadas para el evento. La aparición de Airbnb, sin embargo, no garantiza necesariamente bajos precios en una ciudad conocida por su burbuja inmobiliaria, que en algunos barrios tiene el metro cuadrado al precio de Hong Kong y no puede crecer en superficie debido a su particular orografía. Durante la Copa del Mundo de 2014, la prensa brasileña recogió ejemplos como el del todavía futbolista Ronaldinho Gaúcho, que alquilaba una mansión en un exclusivo barrio de Barra de Tijuca por 15.000 dólares diarios (14.000 euros).
Aunque fue renuente a comentar asuntos monetarios, el cofundador de Airbnb, Joe Gebbia, afirmó durante la presentación del acuerdo que los propietarios cariocas inscritos en su página promediaron unos ingresos de 4.000 dólares (3.700 euros) durante el mes del Mundial. Se le preguntó si su empresa tomaría alguna medida para prevenir una escalada de precios durante las Olimpiadas; Gebbia se lavó las manos y acudió a las reglas del sitio, según las cuales son los dueños del inmueble quienes deciden el precio.
Panor
Un total de 100.000 extranjeros encontraron alojamiento en Airbnb durante el Mundial de 2014, un hecho que prefiguraba la tendencia a usar recursos sobrantes de los propios ciudadanos a la hora de proporcionar infraestructuras básicas (alojamiento, transporte, etcétera) cuando se celebran grandes eventos.
Fuente : EL Pais
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