Jueves 22 septiembre, 2022. SANTIAGO DE COMPOSTELA.
Festival Mare. Entradas Aqui
Domingo 2 octubre, 2022. MADRID. Independance Club. Atocha, 127. Puertas 19.30 hrs. / Concierto 20.00 hrs. Entradas AQUI
Lunes 3 octubre, 2022. BARCELONA. Sala Apolo 2. Nou de la Rambla, 113. Puertas 19.30 hrs. / Concierto 20.00 hrs. Entradas AQUI
Chico es compositor y colaborador en muchos disco y giras de grandes artistas como Chico Buarque, María Betania, Daniela Mercury, Richard Galliano, el español Luis Pastor, entre otros muchos, y ganador del Premio de Música Brasileña en las categorías rock, pop, reggae, hip hop y funk.
Es el coautor del tema de Sting (The Police), “Soberana Rosa”, por el que fue galardonado con un Grammy.
En este 2022, este mito de la música brasileña, y más, nos sorprende con su décimo álbum, el primero grabado fuera de Brasil, (en Francia), titulado “Vestido de Amor” y que presentará en concierto en varios países: Francia, U.K., Portugal y España.
Disco multicultural con ritmos brasileños, occidentales, caribeños y africanos que van desde el forró, reggae jamaicano, calypso y coco, pasando por un electrizante rock urbano.
CHICO CÉSAR, Hombre del mundo, hombre de lucha, hombre de letras... así es Chico César, el duendecillo de la música brasileña, con su mirada incomparable y creatividad copiosa.
Fue en Catolé da Rocha, en las profundidades del estado de Paraíba, en el noreste de Brasil, que Francisco (en Brasil, Franciscos siempre acaban siendo Chicos) César Gonçalves nació en enero de 1964. Su infancia estuvo bañada por la música y una cultura regional que es tan rica como convincente. Desde muy temprana edad, Chico componía. Salió de su casa a los 16 años rumbo al estado capital João Pessoa para realizar estudios de periodismo, que financió trabajando en una librería. Vendió libros pero también los leyó, empapándose de los grandes escritores de su propio país y de otros lugares. Ya que, en Brasil, todo sucede en el sur, dejó Paraíba para vivir en São Paolo, donde se convirtió en crítico musical y corrector de pruebas de la edición brasileña de Elle.
Pero siguió componiendo y tocando en los pequeños locales subterráneos de la ciudad, entablando amistades con artistas de la vanguardia paulista. Gracias a la intervención del Centro Cultural Germano-Brasileño, realizó una exitosa gira por Alemania, y allí el artista decidió dedicarse por completo a la música. Formó la banda "El Cuscuz Clã », que también se convirtió en el título de su segundo álbum. El primero, “Aos Vivos” (que significa “En vivo”), que se lanzó en 1995, fue solo eso.– en vivo – porque en ese momento nadie invertiría un centavo en un nuevo álbum de un artista desconocido. Así que grabó uno de sus conciertos, compartiendo el escenario con otros artistas, incluido su contemporánea Lenine, que participa como invitado en dos temas del disco. Solamente el oyente más astuto jamás habría reconocido el álbum como el trabajo de un principiante.
Desde el primer momento, Cesar se mostró como un brillante tuneador, letrista, instrumentista y cantor. Aplaudido por los críticos, adoptado por la corriente principal, entró en el reino de los grandes en su primer intento.
Los siguientes capítulos de su historia se pueden contar a través de colaboraciones, giras y discos (trece en el último conteo) en cuyos carteles y créditos se destacan grandes nombres de la música brasileña (Chico Buarque, María Betania, Daniela Mercury, Nana Vasconcelos, Zeca Baleiro, Arrigo Barnabé y muchos más) al igual que algunos nombres internacionales: Sting, que ganó un Grammy en 2001 con su versión de “Soberana Rosa” compuesta por Chico César e Ivan Lins (“She Walks This Earth”); el español Luis Pastor (cuyo disco “Pásalo” fue producido por César); Lokua Kanza (en el álbum “Beleza Mano” en 1997); Ray Lema (en una gira europea en 2006); Richard Galliano (en el álbum “Galliano au Brésil” en 2014)...
Quizás porque Chico César es un hombre de lucha, un hombre comprometido con la justicia social. En su música, como en sus acciones (se tomó varios años de su carrera para dirigir la Secretaría de Cultura en el estado brasileño de Paraíba) está en medio de todas las luchas correctas. Contra el racismo para empezar. El título y la canción homónima de su quinto álbum. Se lee como un manifiesto: “Respeitem Meus Cabelos, Brancos” (un juego de palabras difícil de traducir que puede leerse como 'Respeten mi cabello, blanco o, si ignoras la coma, ‘Respeta mi cabello blanco’) haciendo alusión al cabello encrespado, que despectivamente los brasileños racistas llaman 'pelo malo', que hace referencia a “la mala hierba”. Posicionándose abiertamente contra las maquinaciones errantes de los que están en el poder, defiende públicamente a las minorías oprimidas (amerindios, homosexuales, negros, mujeres, pobres), y participa en causas medioambientales... una lucha que habita sus letras, tanto de forma política como poética.
Porque Chico César también es un hombre de letras.
El experiodista, autor de tres poemarios, amante de la frase afinada, posee un don soberbio para hacer malabarismos con las palabras. Maneja el lenguaje de la protesta con inteligencia y lirismo. Si desea nombrar una creatividad precursora podría ser Caetano Veloso. Como él, Chico César es un trovador de su tiempo, y como él, también es un artista atemporal.
Pero sobre todo, Chico César es un gran músico.
LA REAPARICIÓN DE LA LEYENDA VIVA DE LA MÚSICA BRASILEÑA.
Como resultado, Chico Cesar realiza un álbum con múltiples colores, desde el forró del Nordeste (estilo de música típico de estar región del noreste de Brasil) hasta el reggae jamaicano, de la rumba zaireña a la languidez del calypso, del coco (estilo de música y ritmo también del noreste de Brasil) de los pescadores de la costa, a la electricidad del rock urbano. “Vestido de amor” es, sin embargo, totalmente brasileño.
Es el primer álbum de Chico César concebido fuera de Brasil, “Vestido de Amor” elabora una franca y lúdica declaración de un mundo mestizo donde el baile siempre es posible, especialmente cuando, a través de la alegría, mensajes de paz, de fraternidad, pero también de lucha, poner de nuevo en el centro del juego el amor y la alegría de los nordestinos (los habitantes del noreste). Producida por Jean Lamoot (Bashung, Salif Keita, Mano Negra), “Vestido de Amor” ha integrado la kora mandinga (del antiguo reinado Mandingo de Africa) de Sekou Kouyaté, o el bajo percusivo del camerunés Etienne M'Bappé.
Y si el amor es un acto revolucionario, la música fusión de Chico es un completo derroche de elegancia.
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