El periódico más antiguo de Brasil, con 140 años, no tiene prestigio internacional


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               140 años después, el periódico más antiguo de Brasil sigue sin prestigio internacional

O Estado de Sao Paulo, 140 años : más de un siglo de poder mediático, errores editoriales y ausencia de reconocimiento internacional.


Fundado en 1875, O Estado de S. Paulo —el tradicional Estadão— es uno de los periódicos más antiguos de América Latina y una de las cabeceras más influyentes de Brasil. Su longevidad y su peso político son incuestionables. Lo que sí merece una revisión crítica es la calidad sostenida de su práctica periodística, marcada por errores editoriales reiterados, portadas engañosas, conflictos judiciales y una llamativa ausencia de reconocimiento en los grandes premios internacionales del periodismo.

La historia del Estadão demuestra que antigüedad y poder no son sinónimos de excelencia.


Un medio históricamente integrado en el poder


Desde sus orígenes, el Estadão no actuó como un fiscal permanente del poder, sino como un actor político orgánicamente ligado a las élites económicas y políticas de São Paulo. A lo largo del siglo XX apoyó y combatió gobiernos según coyunturas ideológicas y conveniencias estratégicas, construyendo una línea editorial que con frecuencia confundió intereses empresariales con “defensa de la democracia”.

Este ADN explica por qué el periódico ha privilegiado históricamente la construcción de narrativas por encima del rigor informativo, especialmente en contextos políticos sensibles.


Portadas equivocadas: desinformar sin mentir


Uno de los rasgos más persistentes del Estadão ha sido el uso de portadas y titulares que inducen a conclusiones no sostenidas por los propios datos publicados. Encuestas presentadas como caídas o subidas “dramáticas” dentro del margen de error estadístico; supuestas “nuevas denuncias” que no aportan hechos nuevos; escándalos amplificados en portada y relativizados en el cuerpo del texto.


No se trata de falsedades explícitas, sino de una práctica más sofisticada y peligrosa:

manipular la percepción sin mentir, sacrificando precisión en favor de impacto político.


Editoriales que cruzan la línea


En los últimos años, el periódico ha profundizado un giro preocupante: la transformación de sus editoriales en piezas ideológicas de tono panfletario, especialmente en relación con el Supremo Tribunal Federal. Textos alarmistas, jurídicamente débiles y conceptualmente simplistas presentan decisiones complejas como amenazas abstractas a la democracia, sin el mínimo rigor técnico.


El contraste es evidente: un diario que se proclama defensor del Estado de derecho incurre en lecturas burdas del propio derecho, erosionando su credibilidad intelectual.


Conflictos judiciales y victimismo editorial


El caso de la prohibición judicial de 2009, que impidió al Estadão publicar informaciones sobre una investigación que involucraba a Fernando Sarney, suele ser presentado por el propio periódico como símbolo absoluto de censura. Y lo fue. Pero el relato oficial omitió sistemáticamente cualquier autocrítica sobre el tratamiento legal y editorial de la información que permitió una decisión judicial tan extrema.


El patrón se repite: el Estadão exige transparencia y responsabilidad a las instituciones, pero rehúye aplicarlas a sí mismo. La presencia recurrente del diario en procesos judiciales revela una tensión constante entre su afán de impacto y su capacidad para asumir las consecuencias legales de sus decisiones editoriales.


Comparación directa: medios europeos y reconocimiento internacional


La ausencia de premios internacionales del Estadão resulta aún más evidente cuando se compara con medios europeos de referencia, muchos de ellos más jóvenes o con menor poder político local, pero con trayectorias reconocidas por la excelencia periodística global.

  • The Guardian (Reino Unido)

    Ha recibido en múltiples ocasiones el European Press Prize y premios George Polk por investigaciones de alcance global (Snowden, Cambridge Analytica). Su prestigio se basa en investigación propia, innovación narrativa y transparencia editorial.

  • Le Monde (Francia)

    Galardonado con el Prix Albert Londres en diversas ocasiones a través de su redacción y periodistas, es referencia internacional en periodismo de investigación y cobertura internacional rigurosa, incluso cuando incomoda al poder político francés.

  • Der Spiegel (Alemania)

    Reconocido repetidamente en premios europeos e internacionales por investigaciones transnacionales (Panama Papers, LuxLeaks). Su modelo editorial prioriza documentación exhaustiva y verificación extrema, incluso tras crisis internas que el propio medio abordó con autocrítica pública.

  • El País (España)

    Aunque también criticado en su país, ha sido distinguido en varias ocasiones con el Ortega y Gasset, el European Press Prize y reconocimientos iberoamericanos por proyectos de investigación y periodismo de datos.


Estos medios comparten un rasgo clave que diferencia su trayectoria de la del Estadão:

han producido periodismo con impacto internacional, verificable, replicado y reconocido fuera de sus fronteras.


El contraste con el Estadão


O Estado de S. Paulo, pese a su tamaño, recursos y longevidad, no figura en ese mapa internacional de excelencia. No lideró investigaciones transnacionales de referencia, no marcó estándares narrativos replicados globalmente y no fue distinguido por jurados independientes fuera de Brasil.


Esto no invalida su influencia nacional, pero sí desmonta su pretensión implícita de superioridad ética o profesional frente a otros medios.


Conclusión: longevidad sin grandeza


La historia del O Estado de S. Paulo demuestra que un periódico puede sobrevivir más de un siglo y aun así acumular errores editoriales sistemáticos, portadas engañosas, conflictos judiciales evitables y una notable resistencia a la autocrítica.


Mientras medios europeos enfrentaron crisis, se reformaron y elevaron sus estándares hasta obtener reconocimiento internacional, el Estadão permaneció cómodo en su ecosistema de poder local, confundiendo influencia con excelencia.


El problema del Estadão no es la censura externa.

Es la incapacidad interna para revisarse, corregirse y evolucionar.

Y esa es la razón por la que, pese a su antigüedad y peso histórico, sigue siendo un diario influyente en Brasil, pero irrelevante como modelo de excelencia periodística en el mundo.


Epílogo

Este artículo no pretende negar la importancia histórica de O Estado de S. Paulo, ni desconocer su papel en momentos clave de la vida política brasileña. La longevidad, sin embargo, no es un certificado automático de excelencia, ni la influencia local equivale a prestigio internacional.

El periodismo se mide por su capacidad de incomodar al poder, de revisar sus propios errores, de producir conocimiento verificable y de dejar huella más allá de sus fronteras. Cuando un medio confunde tradición con autoridad, opinión con información y poder con prestigio, el resultado es un periodismo que envejece sin evolucionar.

La crítica no es un ataque: es una exigencia. Y el debate público solo se fortalece cuando los grandes actores mediáticos aceptan ser observados con el mismo rigor con el que observan a los demás.

Cerrar este texto es, en realidad, abrir una pregunta necesaria:
¿queremos medios longevos o medios verdaderamente responsables?

La respuesta, como siempre, no está en la historia que se invoca, sino en el periodismo que se hace cada día.





Sobre Movida Brasileña: blog creado por Reginaldo Lima, radiofonista y divulgador cultural brasileño en España. Desde 2007 explorando la música y la identidad brasileña en el mundo hispano. 🎧 Escucha el podcast en Spotify.

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